La lástima como virtud

—¡Hey tú, vi lo que hiciste! Te vi, no te hagas.

—¿De qué hablas? Ni siquiera te conozco. ¡Deja de seguirme maldito pervertido!

— Tranquila, no quiero causarte problemas. Es solo que … ¿entonces sí caminas?

— ¿Qué quieres maldito desgraciado? ¡Deja de acosarme o llamaré a la policía!

— ¿De verdad lo harás? Lo he visto todo y no quiero hacerte daño, solo quería preguntar.

— ¿Preguntar de qué?

— Te vi cuando bajaste de la combi, veníamos juntos. Pediste ayuda diciendo que estabas lastimada de la columna. Pero no lo estás.

— Hmmm, no sé si quiero hablar de ello.

— En serio, no quiero juzgarte, solo es curiosidad.

— Pues sí, la verdad no tengo nada. Solo finjo tener una enfermedad y la gente me ayuda a bajar. Lo he hecho por mucho tiempo. La gente debería ayudar más, pero solo se fija en ti si les das lástima.