Lo dorado desvanece

No hagas caso a esa voz, yo entiendo
El espejo jamás te ha hecho honor
Y, sin embargo, olvidé darte amor

José Madero – Lo dorado desvanece

El 31 de marzo de 2023 fue mi último día de trabajo para la compañía en la que estuve los últimos 15 años y 7 meses. No era un despido que me tomara por sorpresa, era un despido que demoró casi un año.

Me retiro muy agradecido. Hice buenos amigos y la empresa siempre nos brindó un trato superior al promedio de las empresas nacionales, incluso en los últimos años que fueron complicados. Parto tranquilo, con mucha nostalgia pero con un sentimiento de libertad.

Hoy cumplo 42 años. En breve me volveré a enfrentar esa fase de la vida llamada buscar empleo. Hacer entrevistas. No sé lo que me espera y no sé qué tanto cambió luego de más de 15 años de no tener una. El mercado laboral no parece estar en su mejor momento, al menos no como estaba hace un año, donde parecía que una buena parte transicionaría al trabajo remoto. Hoy, detonado por una nueva moda que al parecer disparó Elon Musk y su compra de Twitter, la balanza de nuevo parece inclinarse por el retorno a las oficinas. Después de pandemia vinieron también los recortes, despedir gente se puso de moda, aunque luego hubiera que recontratar de nuevo. Y finalmente llegó Chat GPT, las inteligencias artificiales que no sabemos todavía muy bien cómo van a impactar los trabajos y las profesiones. Estoy sin embargo, tranquilo, quizá solo se esté cumpliendo esa frase que dice que «el que nada sabe, nada teme».

En ese inter, un nuevo viaje se atraviesa. No estaba planeado. De hecho me había propuesto este año dirigir mi mirada al sur del continente americano. Pero surgió la oportunidad y dentro de poco visitaré tierras niponas. Por si fuera poco, me quise aventar el paquete completo y me inscribí a un curso de japonés. Esta resultando maravilloso, pero agotador, la memoria no me da para más. Tengo la esperanza de encontrar algo de inspiración en este viaje, quizá aprovechar y sacarle doble partido a la visita y al idioma acercándome a alguna empresa japonesa. Pero por el momento son solo pensamientos optimistas.

En su canción «Lo dorado desvanece», José Madero habla del sindrome del impostor, de la falta de autoestima. Lo que sigue en los próximos meses requerirá disciplina y paciencia, pero sobre todo, volver a creer en mi. Pero espero lograrlo y pronto iniciar una nueva etapa en mi vida.