1Q84 y de cómo me enamoré de Murakami

-En fin, podría decirse que lo que está a punto de hacer no es algo normal. ¿No es así? La gente normal no desciende por unas escaleras de emergencia en la autopista metropolitana en pleno día. Sobre todo una mujer.

-Si, es verdad -dijo Aomame

-Y cuando se hace algo así, el paisaje cotidiano…, ¿cómo se lo podría decir?… Tal vez parezca un poco diferente al de siempre. A mí me ha pasado. Pero no se deje engañar por las apariencias. Realidad no hay mas que una.

1Q84
1Q84 Tomos 1, 2 y 3

Llegué a 1Q84 simplemente porque era el libro que parecía estar en boca de todos este año, en especial adolescentes y adultos medianos. Pensaba que era un libro de autoayuda aunque su grosor descartaba esa posibilidad. Finalmente, después de mucho pensarlo, lo compré por ahí de agosto. Bastaron los primeros dos capítulos para engancharme. Devoré el libro (tomo 1 y 2, poco más de 700 páginas) en dos semanas y media, solo leyéndolo mientras me transportaba y los fines de semana. El tomo 3, que salió en octubre, lo terminé en una semana.

La novela alterna literalmente (un capitulo y un capítulo) entre la vida de dos personajes que rondan los treinta años: Aomame, una instructora de gimnasio experta en defensa personal y Tengo, un profesor de matemáticas con dotes de escritor. Separados por las circunstancias y con años sin verse, ambos comparten un suceso de la niñez que los ha dejado marcados como si estuviesen condenados a reencontrarse. Sin saberlo, esa oportunidad parece estar más cerca que nunca antes.

Contratada por una pudiente señora con sed de justicia, Aomame es también una hábil asesina que ejecuta a hombres que se aprovechan de las mujeres. Por otro lado, presionado por un editor, Tengo se envuelve en una tarea turbia: reescribir en secreto «La crisálidad del aire», una novela excelente pero con deficiencias literarias que ha escrito una extraña joven estudiante llamada Fukaeri. Conforme Tengo escarba en la vida de Fukaeri, descubre que la novela podría estar basada en un suceso real en la vida de la chica quien huyó de su padre y de una comunidad hermética y apartada que profesa un culto enigmático. Hay serios indicios de que el lider de dicha comunidad ha abusado de niñas menores de edad y Fukaeri parece contarse entre sus víctimas.

Si aún con este preámbulo las cosas no se han puesto interesantes, Murakami nos tiene una sorpresa más: 1Q84 es efectivamente un lugar/tiempo alterno diferente a 1984 (el año en que sucede la novela). Inspirado en George Orwell y su novela 1984, Murakami retoma y recurre a varios elementos del mundo orweliano. No todo es lo que parece y algunas cosas extrañas tienen lugar. Fukaeri y su novela hablan de la «Little People», que en un principio uno sugiere que se trata de un grupo de personas o alguna organización, sin embargo poco a poco uno descubre que en realidad son una especie de entes sobrenaturales capaces manipular algunas cosas. Llegando a ese punto uno sabe que al mero estilo de Lost, de 1Q84 uno puede esperar lo que sea. La novela comienza a complicarse, llenarse de metáforas, eventos que mezclan realidad y fantasía y que resultarán relevantes en otros puntos de la historia. Curiosamente, y este creo que es uno de los mayores méritos de Murakami, la novela sigue siendo igualmente digerible, compleja y simple a la vez y esa mezcla la convierte en irresistible.

La mayoría coincide que en el tercero y último tomo la historia pierde algo de su fuerza. Demasiadas incógnitas se dejan abiertas y lo único que sostiene el relato es su tema principal: dos personajes, Aomame y Tengo, que están destinados a reencontrarse aunque sea por un segundo y pese a todas las adversidades. Fukaeri virtualmente desaparece del segundo libro dejando muchas preguntas. En su lugar aparece Ushikawa, un detective que ahora persigue a Aomame. El fin de 1Q84, ese intrigante universo alterno con dos lunas, es también el fin de todas las preguntas, aún las que se han quedado sin respuesta.

De cualquier forma Haruki Murakami y 1Q84 me dejan 100% satisfechos con una historia que no tiene desperdicio y deja muy buen sabor de boca. La calidad es excelente y no por nada fue contemplado como un fuerte candidato para el Nobel de Literatura este año (que al final se llevó el poeta sueco Tomas Tranströmer). Mi identificación con Murakami fue casi inmediata, como descubrir a alguien que ya había recorrido el camino por mi. Era increíble leer una frase, un pensamiento y decir -Hey, esto ya había pasado por mi mente alguna vez – Recuerdo el capítulo 2, por ejemplo, donde se habla de nuestro primer recuerdo y qué edad teníamos, una cosa que frecuentemente saco a tema de conversación.

Sobra decir que me he vuelto fan del autor y hasta ahora no he quedado decepcionado. Si tienen oportunidad de leer esta o alguna otra de sus obras, espero puedan disfrutarla tanto como yo.

P.D. Al leer una obra es común identificarse con los personajes en mayor o menor grado. 1Q84 no es la excepción en mi caso y si hay un personaje con el que encajé enormemente, ese es … Aomame. (Si, sorpréndanse).