El almohadón de plumas

Qué bueno que en ocasiones pasemos por desapercibidos a los animales.

No podrías dormir tranquilo si tuvieses conciencia de que tu colchón es el hogar de caso dos millones de ácaros microscópicos, que salen a altas horas de la noche a cenar tus grasas sebáceas y darse un banquete con todos esos encantadores y crujientes copos de piel que desprendes cuando te mueves en sueños. Sólo en tu almohada puede haber 40,000. (Para ellos, tu cabeza no es más que un enorme bombón aceitoso.) Y no creas que cambiar la funda de la almohada cambiará las cosas. Para alguien de las escala de esos ácaros, el tejido de la tela humana más tupida es como las jarcias de un barco. De hecho, si la almohada tiene seis años (que parece ser que es más o menos la edad media de una almohada), se ha calculado que una décima parte de su peso estará compuesta de <<piel desprendida, ácaros vivos, ácaros muertos y excrementos de ácaros>>, segun la persona que efectuó el cálculo, el doctor John Maunder, del Centro Médico Entomológico Británico. (Pero al menos, son tus ácaros. Piensa encima de qué te acurrucas cuando te metes en la cama de un hotel.)

Nota al pie de pagina: En realidad estamos empeorando en algunas cuestiones de higiene. El doctor Maunder cree que el mayor uso de detergentes de lavadora de baja temperatura ha estimulado la proliferación de bichos. Según dice él: <<Si lavas la ropa con parásitos a bajas temperaturas, lo único que consigues son parásitos más limpios>>.

Bill Bryson
Una breve historia de casi todo

(Negritas mías)

acaros
Realmente, para consuelo y desconsuelo, nunca te has ido a dormir solo a la cama

Al leer estas líneas me acuerdo de la historia de Horacio Quiróga en sus Cuentos de amor de locura y de muerte con el título El almohadón de plumas donde como en la mayoria de sus cuentos el desenlace es escalofriante.