Dos de los tantos problemas en África son los «Diamantes de Sangre» o «Diamantes de guerra» y los niños guerrilleros. Los grupos guerrilleros, secuestran gente que obligan a que trabajen como esclavos en minas para obtener diamantes que luego se venden en forma clandestina y les sirven para proveerse de armamento y recursos para financiar la guerra. Además, en vista de su edad y que son relativamente fáciles de convecer, también se toma como rehénes a niños que son adoctrinados para servir como soldados (que claro está, les resultan muy buenos). Aunque diversos organismos internacionales condenan estas actividades y tienen programas para erradicarlos, la verdad es que se dista mucho de darlos por eliminados.
Pues en eso se basa esta película y para ello nos presenta la historia de Solomon, un africano quien en medio de la guerra civil de Sierra Leona en los años 90 resulta victima de los sucesos. Tomado como rehén, Solomon es obligado a trabajar por los guerrilleros para obtener diamantes. Su familia escapa, pero en breve, la guerrilla se apodera también de su hijo Dia a quien se le adoctrina como niño guerrillero.
Cuando Solomon encuentra un diamante rosa y de buen tamaño, logra enterrarlo cerca de la mina y mantenerlo en secreto de sus captores. Danny, un experto tráficante de armas y diamantes acostumbrado a moverse en estos ambientes se entera del diamante de Solomon y moviendo sus influencias ayuda a escapar a Solomon de sus captores.
Danny le ofrece un trato a Solomon: ayudarle a recuperar a su familia a cambio del diamante. La trama se completa con Maddy, una periodista norteamericana que esta investigando sobre el tráfico de estos diamantes. Entre Maddy y Danny hay una atracción, sobre todo cuando Maddy descubre que Danny no es tan malo como parece. Danny movido por esta misma atracción accede a que Maddy viaje con ellos para obtener su reportaje. Con la ayuda de Danny y Maddy, Solomon encuentra a su familia en un campo de refugiados y ahi se entera de que su hijo Dia ha sido reclutado por los guerrilleros. Los tres se embarcan en un viaje para intentar recuperar el diamante y a Día. Sin embargo, poco se imagina Solomon lo diferente que encontrará a su hijo. El diamante puede ser la salida, por un lado es el medio para que Solomon recupere a su familia y por el otro lado quizá sea el boleto de salida para que Danny deje Africa y se reforme rehaciendo su vida. El final aunque en partes predecible también resulta muy bueno.


